A todos nos resultan sorprendentes las panorámicas de Taizé con miles de jóvenes que acuden buscando en la oración común la fuente que les anime a vivir la solidaridad humana. Taizé, "parábola de comunión" en el corazón de la Iglesia, invita a despertar a una evangelización que echa raíces profundas en la vida interior y que nos impulsa a quedarnos impasibles ante una Iglesia herida por la división. Su fundador, el hermano Roger, siempre ha tenido un esperado cuidado en no presentar Taizé como una alternativa a la Iglesia. Efectivamente no lo es, pero dentro del pueblo de Dios presenta unas características muy especiales y atractivas expresadas generalmente en los escritos del hermano Roger.